Por, Luis Alberto Nina


Feliz cumpleaños, amiga…

¡Que lindo…! ¡Que lindo y mágico es tener la viabilidad y confianza de saber y poder y querer escribir todo esto que va a inspirar mi consciente en aras de poner en tu rostro simplemente una sonrisa de esas que solo a ti se te ocurren tantas veces… al menos conmigo; mi amiga, mi gran amiga, mi…, María! Titulo todo lo que va a surgir entre este Calendario Tiempo puesto que, como ya sabemos y hemos altamente hablado al respecto, es ése lo más importante que tenemos en la vida. Y que, todo lo que hacemos con él, con todos esos pedacitos que lo conforman, es la vida. Y que la vida hay que llevarla al extremo; gozarla de modo espantado, aventurarse de modo excitado, callarlo de modo calmado. Todo aquello que conduzca a encontrarnos con todos esos pedacitos de felicidad. Luego… ya te lo debes imaginar: abrazarlo, para que no se escape ya; intentando prolongar el juego de las hormonas y toda esta falsedad que nos ofrece aquiescencia. Tú y yo sabemos muy bien… los años que hemos compilados de conversaciones han logrado que nuestra relación se fortalezca como nunca hubiese filosofado al respecto. Y, ahora que sucede, puedo teorizar, como ya lo hemos hecho tantas veces, el porqué van ocho años y medio de todo esto que no puede uno más que llamarlo felicidad. La felicidad vestida de otra y en otra persona. Tú eres eso para mí, y sé… y este es el chiste; te vinculaste tanto en mi vida que lograste derrumbarme todas estas inseguridades al punto que me haces decir lo siguiente: y sé que yo soy para ti igual esa persona…  vuelvo: tú y yo sabemos muy bien que lo que se pretende, que lo que se desea o quiere, que lo que se ama o merece, hay –no solo que buscarlo–, sino que mantenerlo. Y creo que es lo que hacemos cada segundo que hacemos presencia, que toleramos, que nos respetamos, que valoramos –no solo a ti y a mí, respectivamente–, sino a ese tiempo que nos conduce…

Mi María. No tengo otro nombre para ti que éste, no es necesario edulcorarte con apodos o exageraciones; no de que sea algo negativo o positivo, sino que, contigo ha sido tanto todo diferente, tan exacto, tan leal y sincero, tan real, tan honesto y altamente respetuoso, admirable, romántico, verdadero. No tengo más que lindas palabras para describirte, mágicas palabras para describir nuestra relación.

Si alguien me preguntara: ¿cómo has logrado tener a alguien por tanto tiempo y que sea tan puro todo? Yo creo que la vertiente de mi respuesta o respuestas iría/n en una dirección: respeto, lealtad, QUERER… y este querer no es quererse, que eso reboza entre nosotros, es querer que funcione. Y para ello, es necesario a veces doblegarse, es confesarse, es prestarme dinero o decirme que estoy buenísimo… O es, aguantarnos… y, sobre todo, reírnos de chistes buenos; y de los malos, hacer silencio. Porque nunca hay hipocresía donde uno quiere quedarse. Todo resulta tan natural, dueño del afecto, de las cosas lindas que ofrece la vida con tal de reventar los latidos de momentos…

—¿María, me estás poniendo atención o estabas revisando las redes?

—Respondiendo un mensaje, disculpa.

—Decía, ¿cuál es tu opinión al respecto? Me interesa saber lo que tienes que decir. (tan normal, cuando todo se expresa de forma real… en las equivocaciones igual existe una verdad, la excusa, el admitir, el reiterar que hay cosas que valen más. tú lo sabes, yo lo sé).

Pero igual es al revés (cuando se trata de mi persona a la tuya), es empatía, es devoción… es sacarte de aprietos, estar siempre presente para cuando estés, y hacerlo de la forma más sonriente del mundo. Es apoyarte cuando la tristeza pudiera llegarte, es empujarte a ser todavía mejor de lo que ya eres y has logrado. Es admirar tu insistencia, tu pasividad, tu maldita inteligencia emocional –que no puede uno más que enorgullecerse de relacionarse con alguien cuyo porte es digno altamente de emular–.

—Estoy aquí, siempre estoy aquí. Y si es para ti, siempre estoy aquí. Siempre es siempre.

—(No me siento muy bien)

—No existe razón alguna por que tengas que sentirte de esa manera. O mejor aún, no debes siquiera pensar contrario a lo que eres. Solo debes ponderar sobre todo lo que has logrado. Y mas, tomando en cuenta de qué zanja vienes, de los forcejeos con los que la vida ha chocado contigo. Y sigues latiendo. Y hoy lo haces más que nunca, con un semblante más alegre, y en tu norte. Así es que, no te me achicopales y vive. Aprende a vivir. Deja ir, abraza a quien está, diviértete, no te regales. Siente. Nunca dejes de sentir. Vuelve y sonríe. Es que, y sabes que soy el mejor saliéndome del tema tan solo para provocarte, y sin retorno: cuando sonríes, paralizas el tiempo. Y, como ya sabrás, el tiempo está bastante escaso. Y más hoy que se muere uno solo de estar. Y a veces, hasta muere en la soledad.

 

Este es nuestro trayecto: nos respetamos inmensamente, nos admiramos inalcanzablemente, somos altamente honestos el uno con el otro, nos educamos incansablemente, somos dos pendejos románticos, maduros en comprendernos, y la confianza… somos confidentes eternos. ¡Qué más se pudiera exigir de una amistad? No es obligado, eso lo reconocemos. Es algo que se debe querer; y querer es luchar por ello. Y las veces que ambos hemos luchado por que el tiempo nos abrace a los dos al mismo tiempo… Eso es, abrazar el tiempo. Es lo maravilloso de la vida; que las diez a 20 horas que vivimos semanalmente en el dialogo resulta eso, vida. Nunca es sacrificio, y tampoco lo será mañana; las tres horas que sentimos ayer en el teléfono, las cuatro que chateamos antes de ayer y una más en el teléfono, o las cinco horas que me dedicarás en el día de tu cumpleaños solo tocando y divirtiéndonos con temas al azar como, ¿cómo crees que debe uno sentirse si algo no resulta como pensaba; si se le derrumba su mundo? ¿Cómo hiciste para guiarte sin que el forcejeo lograra hincarte? ¿Quién es mejor actriz, mejor profesión, el pasado de aquél, la vida de las cosas o una idea que te haya marcado? Yo creo que no existe tema que no hayamos tocado; siempre eternamente alejado de los chismes. No existe opinión que no se haya ponderado y valorado en tantos ámbitos: psicológicos, socio y antropológicos, políticos, tecnológico, el amor… la lectura… las horas que hemos inyectado a leer juntos, tú enseñándome cómo pronunciar las palabras y yo… y yo… este… bueno, poniéndote atención. Hay que reconocer que de un modo u otro tus opiniones me pertenecen; cuando las dices, cuando las hilvanas es como si fuese yo que las idease. Mira por qué, aunque hemos hablado de esto: no hay celos, mas sí alegría; no hay ego, mas sí alegría; no hay lastima ni humillación, mas sí alegría. No existe competencia entre nosotros. Es todo. Es lo que le digo a todo el mundo que me habla sobre cómo aprovecho mi tiempo. Donde hay amor nunca debe existir competencia; sólo admiración. Y sinceramente creo que todo deriva o debe derivar de ese hueco donde se ausenta ese mal, la lucha de egos…

Mi María, ¡Cuánto te quiero y eres importante en mi vida! Eres mi quinta columna. Ayer te decía y te lo repito nuevamente, tenerte en mi vida ha sido la bendición más grande que pudiera haberle exigido. Si el tiempo, ese el cual no aprovechamos a veces, volviera a repasar su historia; te elegiría a ti… tú fueses igual la pieza fundamental en mi vida. Contigo… ni estudios, ni luchas, ni amores, ni familia, ni silencios, ni la escritura siquiera… tú… contigo siento que no necesito nada más. Y me encanta hasta decir esto porque sé que mi forma empalagosa de ofrecerte mi amor no te aleja. A esto es a lo que llamo madurez. Y por eso te lo comunico. Es lindo también esto, saber que existe algo mágico en el cómo te enfrentas a la vida, en especial a mí. No te rindes. Nunca te rindes. Y tú, que conoce de mí más que nadie en esta vida, sabes que yo me rindo menos. Y que nunca lo haría con esa persona que siempre ha estado ahí para mí. Lo mismo siempre te digo de mi Flor, mi Kristy, y se lo hice saber; que estuvo para mí en esos momentos de más debilidad de mis pendejadas. Y, que, por ello, nunca me va a perder, aunque me mande a asesinar. Siempre estaré en su vida. Y quizá suena feo de la forma que lo expongo. A ver si logro elaborarlo en un contexto más romántico: para ella siempre estaré aquí. Y lo haré porque me ve como uno de los suyos… o como el único. Son especiales ambas… quiero que lo sepas… Y no es apego; de ello también intento deprenderme, es reconocimiento, es valoración, es estar…

 

Mi María, por favor, devuélveme el dinero que te presté, no dañes la magia, que ha sido bastante linda hasta ahora. Devuélveme el buen gesto; hazlo antes que a tu hogar llegue el taladro que te compré. Estoy seguro de que, en contraste a los otros cumpleaños, nunca lo vas a olvidar. Es doloroso que, la Ji no estará cerca para decir lo mismo de siempre: ese Negrus eso fue lo que te dio esta vez. Y ver su expresión de que su mami tiene fanáticos… eee… bueno… uno…

Sabes qué sucede también: escribiendo esto, no me duele añadirle tres páginas más a este escrito puesto que sé fielmente que, lo vas a leer; todo lo vas a leer. No dejarás una coma. Y que tampoco te vas a olvidar de lo que aquí plasmo. Que no es nada más que mi tiempo. Todo lo otro son oraciones enredadas que perfumo en aras de envolver a tu rostro en un tono de alegría. Pero que mi tiempo es el regalo; los 16 minutos que usé para escribir todo esto. Esos 16 minutos los saco de mi vida y te los dono. Reemplazo mi vida por ti… esto es amor, este tipo de entrega es lo que denota que uno quiere más de la cuenta, que me importas, que eres parte de mi vida, que ayudas a que esté y, sobre todas las cosas del mundo y un poco de salsa Tatemada, que provocas que sea mejor; voluntad, resiliencia, que suelte el pasado, que me dedique a mis lecturas y mis escrituras, que me bañe en todas esas prácticas extraordinarias para así crecer más. Por eso igual te quiero. Contigo sin dudas crezco.

Dice Derrida que nadie quiere a nadie de gratis. Exacto: yo a ti te quiero por todo esto, porque me escuchas, porque me inspiras; no tanto porque me prestas dinero a cada rato y me sacas de aprietos comprándome vainas para otras personas, sino porque estás. Tu tiempo libre me lo brindas. Y, brindarme tu tiempo es provocar en mí esa sonrisa que intento yo siempre extraer de ti; me complaces. Y, recuerda que, con lo ogro que soy, nunca me rio tanto con nadie como contigo. Tu maldita sinceridad, tu delicadeza, tus formas libres que he provocado de ti, me enorgulleces… ¡Admítelo, dale! por eso igual yo abrazo el tiempo que me brindas, porque es lindo y mágico, porque es íntegro y nuestro, porque, cuando apareces lo haces como aquella amiga que tenía que solía decir: Luis, mira, no te vayas que vuelvo ahora. Pero mira, si te vas, te mato. No te atrevas a ir, por favor, que quiero hablar contigo. No te vayas. Y encima de eso me retiraba. Y lo importante del valor de ella era que, inmediatamente me llamaba… es tan real cuando se quiere a alguien, y tan irreal cuando no. Y contigo no hay confusión. Hay cuatro cosas de las que estoy seguro en esta vida (siempre le incremento una): que en el silencio está la verdad, que hay que entenderlo todo, que Donald Trump es un analfabeto, y que tú me quieres. Todo lo otro es antilindo y antimágico. Falso… hasta probar lo contrario. Tu tiempo es mi tiempo, y el mío… bueno, mi tiempo… este… bueno, a veces… mentira, sabes que siempre estoy aquí por ti y para ti, aunque me tengan atrapado otras mujeres.

Te quiero amiga, mi gran amiga, mi mejor amiga. No dejo entrar a todo el mundo en mi centro, pero tú entraste de una vez. El lío es que te has quedado al punto de que, para que salgas de allí es perentorio que… no sé cómo… asumo que, para salir debes escaparte. Y ni así saldrás de la historia de mi tiempo. I am  your number two fan; the number one ought to be YOU.

Una última vaina, con nadie me siento así de libre como contigo; cuando estamos mi cerebro explota de libertad. No hay tensión, sí comodidad; no hay misterios, sí libertad; no hay miedo, sí cercanía; no hay nadie más que tú y yo y el tiempo; algo puramente lindo y lealmente mágico. Eres mi confidente, mi cómplice. 

Te quiero amiga, existo en el éxito porque estás cerquita… y me invitas al salto, y me empujas, y me calmas.

(En un rato te muestro nuestro Playlist… para cuando muera)…

 

Oh, se me olvidaba darte los aplausos aquellos que solemos perseguir, porque como sé que de repente te nace todo el tiempo lindo del mundo, y que, lo voy a decir, será mágico, te quedas; aunque esté a punto de abordar ese avión para venir a visitarme. Ansioso ando: eres una madre extraordinaria, inmensa mas bien, inagotable, siempre tan atenta y dispuesta; una hermana presente, tremenda amiga, impresionante amiga mas bien. De esas que uno se harta hablando verborrea de que, quiero tener una amiga y, esta aparece y, este… quiero tener una amiga… No. Tú eres esa amiga, y estos ojos horribles que me caracterizan, pero que ven como los dioses cuando se trata de reconocer a la gente de buena voluntad, captaron tu talento. Y te me pegué como chincha, hasta siempre… Dedicada esposa fuiste, inigualable amante, apasionada y leal. Una hija única, ejemplar en tus virtudes. Porque eso sí que tienes, estás repleta de virtudes, de cosas lindas que cualquiera debería reconocer, que yo obviamente reconozco y, que por eso me quedo tanto… todo mi tiempo… que me quedo a cada rato y para todos los ratos, siempre y cuando estés. Love you, amiga del alma! Keep close!

E. N.

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