Por, Luis Alberto Nina
- La educación de un infante se basa en: cariño, cuidado, aventuras, soporte, paciencia y amor.
- Ten cuidado como actúas en todos momentos, tu hijo siempre observa lo que haces. Si no quieres que tu niño se comporte de tal manera—o que sí, lo que haces siempre tendrá algo que ver con ello. Sé el ejemplo que quisiera que tu hijo practique.
- Busca la manera de no hablar mal de nadie. y si es que lo haces, que tu hijo no escuche. Al hablar mal de otros inculcas en él que emule tus opiniones. Igualmente, te muestras con poco carácter, una forma desleal de presentarte.
- Que en el hogar tu hijo tenga ciertas responsabilidades de niño, ayudará a que cuando adulto sea responsable en las tareas de la edad.
- Un niño que no juega, que no sonríe, que no brinca, no es un niño. Nunca te molestes cuando tu hijo actúe como niño; es si no sucede así cuando verdaderamente debes temer.
- Yo educo para que el niño posea y resalte su identidad, independencia, autonomía y seguridad/confianza.
- Criticar o halagar al niño le da el derecho al padre de opinar sobre su hijo; quitándole así al niño la autonomía de valorarse a sí mismo, de encontrarse consigo mismo.
- Nunca llegues al lugar donde tu hijo pierda el respeto por ti. Sé justo en tus conclusiones, sé correcto en tus decisiones; si es que haces un trato con él o que le prometes, cumple.
- La educación de un niño debe consistir en protegerle para que éste no se traume o muera; y darle libertad, para que aprenda a confiar en sí y sea libre de limitaciones. O sea, protegerlo a veces y a veces dejarlo ser.
- Diles no a los vicios. De la forma en que logras que tu hijo no se involucre con nada que acelere su perdición es predicando con el ejemplo. Igual, puedes mostrarle o explicarle las consecuencias de tales aflicciones.
- Busca la manera de que tu hijo no acepte un no como respuesta. Intenta que tu niño sea persistente, que no se rinda, que logre todo lo que se propone que sea positivo.
- No trates nunca de contestarle a tu hijo aduciendo a que haces o dices algo sólo porque sí, porque eres el adulto y sabes más. En sí no es esta una respuesta inteligente. Mas bien, lo que quizá logras es confundir a tu niño. Siempre que te expreses, logra que tus acciones tengan una lógica detrás, de modo que, puedas defender tus pareceres ante tu hijo.
- Permite que tu hijo aire su ira. Tu niño tiene derecho a expresar sus sentimientos cuando le parezca. Un niño es un ser humano, igual que un adulto… cuando obstruyes su furor en el silencio, éste termina gritando dentro del alma; uno de tales gritos que debes rotundamente evitarle.
- Hazle preguntas a tu hijo; ¡cuestiónalo! Intenta que éste genere o mantenga la practica de dudarlo todo, de preguntarlo, de indagarlo, de encontrarse con su propia verdad. Un niño motivado por la curiosidad es un ser humano esencial en el mundo.
- Enséñale a tu hijo a manejar las pérdidas, a respetar sus fracasos. Hazle entender que no siempre se gana, pero lo que no debe es nunca rendirse; persistir hasta vencer.
- Siempre intenta enseñarle virtudes a tu hijo, y que igual las empiece a adoptar. Un ser humano que domine virtudes domina la vida. La paciencia, por ejemplo. Si aprende a ser paciente, aprende a moverse al ritmo que le pertenece. Igual sobre tolerancia. Tolerar es comprender la otredad, navegar en el mundo de un modo válido, consciente…
- Si te pasas todo el día en el hogar gritando, insultando, de mal humor, tu hijo aprenderá a normalizar estas prácticas. Cuida cómo reaccionas delante de tu hijo. Intenta mantener un tono diplomático, armónico, amoroso. Muéstrate dócil, tolerante, inteligente, correcto. Todo esto se logra mediante el dominio de la paciencia y la comprensión. Igual el silencio juega una parte enorme.
- No juzgue a tu hijo por lo que logra, sino por lo que trata. El aplauso está más en el camino que en el mismo éxito. Siempre consigue que tu hijo se esfuerce por lo que quiere conseguir.
- La alimentación de tu hijo es imprescindible para la salud de la vida del ser humano, pero todavía más esencial es durante los primeros años de su existencia. Un infante bien alimentado es un ser humano bien nutrido. Y esto se manifiesta consumiendo alimentos que contengan lo siguiente: proteínas, hidratos de carbono, fibra, grasas, vitaminas, minerales, etc. El niño que solo como Chicken Nuggets con papa o Pizza es un niño que carece de nutrientes, lo que conlleva a que –tanto sus sistemas no se desarrollen de modo natural–, como su cerebro y su vida.
- Nunca le des a tu hijo todo lo que pide, porque le estarás infringiendo la idea de que, en la vida, todo se tiene con tan solo exigirlo; además de que esto es falso. Este intercambio crea en la mente del niño la desvaloración de lo material. No de que deba tenerla del todo, sino que, poco a poco va perdiendo el sentido de la recompensa. Igual, cuando es que des, hazlo mayormente por que éste se lo ha ganado. Hazlo que lea, que recoja sus juguetes, que doble su ropa, que arregle su cama, que se coma su comida, entonces lo premias. Tampoco se debe perder la idea de que, lo que le prometes que le darás debe tener tiempo. ¡No tiene que ser ya! Haz que el niño espere; dilata la recompensa, ayúdalo a esperar, a desarrollar su paciencia.
- Cuando tu hijo te replique de una manera altisonante o con un exabrupto, recuerda que tú como padre eres quien debes armonizar tal episodio. No es al niño a quien le corresponde actuar como adulto; todavía no lo es. Tampoco tu reacción debe llegar a alterarse ni por tu ego, la ira, o el entorno. Siempre debes mantener la calma, entender y, de este modo, solucionar el problema.
- Intenta no prometerle nada a tu hijo; que tu palabra inicial sea suficiente verdad para tu niño. Cuando prometes, superpones el resto de tus opiniones. Es decir, le quitas importancia a las otras direcciones.
- No hay respuesta válida cuando replicas lo siguiente: te educo así porque así fue como me enseñaron. Todo esto es hueco. Como adulto, debemos siempre ser o intentar ser mejores representantes de los seres.
- Cuando vayas a darle instrucciones a tu hijo, procura que éstas sean diáfanas, precisas; al igual de que sean lo más cortas posible. No llegues al punto de que tus palabras no carguen magnitud; aléjate rotundamente de los sermones.
- Ayuda a que tu hijo aprenda a observar a la persona o personas con quien habla; no sólo el lenguaje verbal, sino el corporal; ayúdalo a interpretar también todo aquello que no se dice. A veces allí se esconde más verdad.
- A veces, cuando tu hijo tiene en sus manos algo que considera valioso, es bueno para ti como padre, porque entonces es eso que puedes quitarle cuando quieres que éste se comporte de manera adecuada. A veces, cuando le compras video juegos, de modo paralelo, tienes más poder sobre tu hijo.
- Acostumbra a que tu hijo desarrolle prácticas encomiables. Haz que beba agua tan pronto despierte, que medite en ocasiones durante el día y/o la noche, que haga silencio, que escuche más de lo que habla, que duerma al menos ocho horas, que le dé la oportunidad a cada uno de que se defienda su postura, etc.
- Enséñale a tu hijo a enfrentar el acoso escolar (Bullying). Hazle saber que una manera de lograrlo es haciendo creer que se acepta lo que se expresa de sí. No tiene tu niño que estar de acuerdo con lo que se expresa; pero tampoco tiene que ponerse a la defensiva por algo o alguien que no se es. i.e. Si a una persona rubia se le llama morena, en nada esa persona se siente aludida. Igual, cuando a una persona se le dice ignorante. Sin lugar a duda todos somos ignorantes, pero nadie es ignorante por completo. De modo que, si vamos a elegir una de las dos, pues que no sea el que somos ignorantes. No debe turbarle la mente a tu niño la opinión errada de otra persona. Debe escuchar al ofendedor, si es pertinente, y seguir en su camino.
- Enséñale a tu hijo que debe éste compensar su escases de otra manera. Cuando algo le falta, debe entonces sobresalir en otro aspecto. Esto mantendrá el balance de su persona.
- No impongas en tu hijo tus ideales; lo filosófico de éstos cargan tal ambigüedad debido a su falta de consenso en sus aventuras. De modo que, cuando le dices a tu hijo que camine por tal vereda, lo estás conduciendo adonde tú estás. No negamos que esto parecería una acción bastante honrada y quizás hasta plausible. Sin embargo, lo que estás logrando es que ese niño termine en el mismo lugar donde hoy estás. O sea, no estás permitiendo que éste alcance otros litorales quizás hasta mucho mejores. En conclusión, lo estás restringiendo a tu esfera. Mas bien, no en todo le indiques qué, cómo, cuándo, ni dónde hacer algo; cree en las decisiones del niño, deja que éste tome sus propios pasos, aunque falle. Quizá sea en aquella oscuridad donde vive la verdad.
- Siempre muéstrale a tu hijo formas y resultados de éxitos como de fracasos. Reluce no sólo el que se puede lograr o se puede caer; sino también háblale de las diferentes maneras en que puede ocurrir, hasta las hipotéticas.
- Haz que las decisiones de tu hijo importen para todos. Obviamente, cuando el niño decide, no siempre lo va a hacer bien; pero igual nosotros no siempre lo hacemos bien y somos adultos. Llévalo a comprar libros y que éste elija el que quiere, que vista la ropa que le apetece, que le guste la caricatura que le parece. Estas decisiones no son realmente importantes para la seguridad del ser humano; ahora, sí que lo son en el niño para que desarrolle su autonomía y su seguridad.
- Haz sentir a tu hijo que todo lo puede lograr y que, paradójicamente, también perder es una opción. Cuando –a sabiendas– que puede ganar y perder, de todos modos, lo intenta, lo empujas al reto, a que se enfrente a la vida preparado y con toda intensidad.
- Como padres debes siempre procurar la forma de ponerte en los zapatos no sólo de tu hijo, sino de cómo a tal edad los niños piensan o podrían pensar. Esto ayudará a que tus conclusiones sean más objetivas.
- No inculpes a tu hijo cuando hace algo malo o cometa una equivocación. Inculparlo es hacerle sentir mal innecesariamente, es situarle todo un peso innecesario que, a esa edad, es injusto aguantar. i.e. ¡Esto fue por tu culpa!
- Involucra a tu hijo en las decisiones que tienen que ver con éste y en la casa. Haz que participe en el día a día de las vicisitudes del hogar, de la vida, del mundo. Esto logra que el niño esté más preparado durante la adultez.
- Intenta nunca comparar a tu hijo con nadie. Cada ser humano alberga su independencia y, actúa bien en unas y mal en las otras, de ser el caso. Cuando lo comparas, insertas animadversión en contra de la otra persona. Además, la comparación siempre es injusta.
- Ayuda que tu hijo combata el miedo: escénico, seguridad y/o confianza, autoestima, inteligencia, libertad, voluntad, etc. Quítale a tu niño obstáculos innecesarios.
- Puedes hacer que tu hijo participe en el dialogo de adultos, si te place; sólo tienes que hacerle preguntas de una manera simple que éste pueda responder. Ofrécele opciones, inclínalo en una dirección, apláudele cuando se exprese. Es importante que tu niño incursione en conversaciones de todo tipo, esto puede hacer que genere interés en tales temas; o sea, que se abra al mundo de una manera más adelantada.
- Como padre, debemos reiterar constantemente, al menos las veces que sean necesarias, la confianza de nuestro hijo; que éste viva y reviva la creencia de que su persona tiene valor, y del cual esté seguro de sí. Lograr que el niño crea en sí es imprescindible. Ahora, lograr que el niño verdaderamente crea en sí es otro mundo. Cuando tu hijo dude de sus habilidades, reitéraselas.
- Evita las etiquetas cuando te expreses frente a tu hijo. Ayuda a que el niño aprenda a apreciar la vida de una manera menos subjetiva y más consciente de la realidad. La mancha le quita esencia a la acción o el resultado.
- Como padre nunca debes burlarte de tu hijo, mucho menos hacerlo en público. Cuida enorme los traumas que puede llegar a tener tu hijo y cómo estos se manifiestan cuando sea adulto. Y cuida todavía más que no seas tú quien se los provoques.
- No le tengas miedo a tu hijo. No debe darte miedo o pena al momento de corregir a tu niño. Tú eres el padre, el cuidador, el educador. ¡No titubees, hazlo! Al principio el niño se puede incomodar, se acostumbrará luego; al igual que logrando esto, mantendrás en vigencia todo el potencial de ese niño.
- Se educa también no educando, dejando que el hijo actúe como entiende correcto. Este tipo de libertad crea en el niño: seguridad, responsabilidad, independencia, autonomía. Para mí, la clave, socialmente hablando, de un ser humano altamente correcto.
- Siempre busca la manera de generar tradiciones con tu hijo. Por ejemplo, cuando almuercen en la mesa, pregúntale sobre su día, que elabore en su respuesta. Busca que tu niño hilvane sus respuestas desde ya. Esto ayudará a que su criterio sea utilizado constantemente, a que desarrolle tal tendencia. Lo llevará a lugares…
- Enséñale a tu hijo sobre Mindfulness. Ayuda a que el niño experimente la vida de modo exacto. No que todo pase desapercibido ante sus maneras.
- Debes permitirle a tu hijo el que experimente todas –sino muchas– de las emociones que es capaz de reconocer o exponer. De este modo, ya sabrá familiarizarse con ellas si sucediesen en el futuro.
- Siempre antes de acostarse a dormir tu hijo debe cepillar y limpiar sus dientes. Igual al despertar. Pero más aun después de cada comida. Lo que poco se dice es que, deben hacerlo cada vez que coman dulces o carnes. Éstos se adentran en las coyunturas de sus dientes y lo echan todo a perder.
- Puedes y debes corregir a tu hijo con autoridad, aun reconociendo que tus maneras son altamente tajantes. No obstante, debes luego explicarle la razón del porqué te excediste de la manera en que lo hiciste. Igualmente, abrazarlo y decirle que le quieres y que es importante no sólo para ti sino el mundo.
- Siempre es oportuno tocar temas con tu hijo sobre el manejo de la inteligencia emocional al igual que la retórica y diplomacia. Debatir con altura es respetar opiniones y no dejar que comentarios ajenos tiñen el criterio que tienes sobre ti.
- Enséñale a tu hijo a que entienda la importancia de que, una enorme parte de la suerte de uno, en el futuro, dependerá de esas personas con quienes se relacione. Si tiene personas trágicas en su vida, estará inclinado a nunca progresar.
- Perder es parte de la vida. Enséñale tu hijo a que se arriesgue; esto debe ser imprescindible en la vida. Igual, ya en el salto, debe este entender que, se puede ganar como se puede perder. Debe aceptarse tal posibilidad. En definitiva, enséñale a tu hijo a manejar las pérdidas.
- Es siempre lindo cuando utilizas juegos educativos con tu hijo. Uno de ellos es crear una canasta o libreta de donde extraigas de modo diario palabras o términos para que éste se la memorice. Siempre he creído que, mientras más dominio se le tenga al manejo de la conversación y el uso propio de su lenguaje, oportunidades aparecen más frecuentes (porque se reconocen), al igual que batallas pueden evadirse.
- Crea un listado y colócalo en una pared adonde especifique los permisos y las edades de tu hijo, en aras de que, cuando éste exija uno del listado, puedas apuntarle allí. Tendrás tu propio aposento a los 10 años; tu celular a los 12; podrás ir al cine con amigos a los 16, beber alcohol a los 21, etc…
- Realmente no puedo firmar sobre la idea de si con el niño se debe o no negociar. Yo, con los míos lo hago. Entiendo que todo en la vida es un intercambio. De este modo, aunque no aparezca inmediatamente el premio que obtuvieron, el mismo va siendo construido en mi mente. Luego cuando aparece, le entero la razón del porqué de éste.
- No uses el celular mientras conduzcas un vehículo de motor. Si tu hijo ve que usas el celular mientras conduces, estás gritándole de que cuando éste empiece a conducir, haga lo mismo. Será casi imposible que no te siga los pasos.
- Haz que cuando tu hijo reciba un cumplido, lo acepte. Si bien es cierto que, como dice Facundo, quien acepta un cumplido empieza a ser dominado, es también cierto el que, evitando el reconocimiento, criticándolo, no creyendo en él nos presenta de modo débil.
- Debe ser una esencialidad del ser humano el que sea una persona: integra, ética, justa, responsable, leal, un buen ciudadano en general. Ahora, algo de lo que tengo mis dudas recientemente es que, no debe uno desbordarse por nadie ni ante nadie. Es decir, se puede ser empático de vez en cuando, pero nunca rodar en la vida poniendo a otros como prioridad. O sea, haz que tu hijo pondere la idea de que, cuando se haga un favor, se asegure de que para la próxima no lo vuelva a hacer, que gobierne más para su vida que para otro u otros.
- Enséñale a tu hijo a quererse. Quererse a sí mismo es abrirse al mundo. Nadie –que no se quiere– otros pueden querer. Cuando te quieres, te defiendes, te pones como prioridad, cuida tu capital, tu tiempo, nunca descuidas tus pasiones. Si tu hijo se quiere a sí, será querido por otros.
- Busca la manera de que tu hijo pierda el miedo escénico. De esta manera, es como si le dieras la habilidad de existir en el mundo. Un ser humano que no teme expresarse y que lo hace, es una onda que siempre hará eco.
- Busca la manera de que tu hijo entienda que, si bien es cierto la competencia a veces nos erige, nos mantiene en movimiento, igual ésta nos puede destrozar. Competir todo el tiempo es alejarnos de nosotros mismos. Si tu hijo vive más lo que su dirección sienta y de lo que quiere, vivirá más para sí.
- El mundo justo no es, ni la vida que nos tocó vivir siempre sale como se supone. De modo que, a temprana edad tu hijo debe entender que, las cosas que quiere en su vida deben ser conquistadas. Ahora, si luego del esfuerzo no resultase ni tratándolo varias veces, debe continuar con su vida. No todo a lo que se le echa el ojo, aparece. Hay fuerzas exógenas en la historia que, aun poniendo de nuestra parte, no cede su verdad. No es rendirse, es continuar; saber rendirse también es parte de la superación personal.
- Siempre busca la manera de no promocionar todos esos actos negativos que realizas. Tu niño siempre pone atención a casi todo lo que haces. Por consiguiente, si el niño se percata que acabas de realizar algo contrario a las normas, leyes o algo que antes le habías comunicado que no haga; si no te puedes salir la excusa, hazle entender que acabas de cometer un error y que, para la próxima, procurarás no volverlo a hacer.
- Las mañas de cada uno sólo deben pertenecerle a quien las ha vivido siempre; no deben fungir como herramientas, formas o tendencias a seguir por tu hijo. Por ejemplo, si no te gusta comer cierta comida, no induzca a que tu niño igual la evite. Mas bien ofrécela a que la coma; igual hazlo sin criticarla en el proceso.
- Incentiva los buenos actos de tu hijo. No de que debas premiarlo cada vez que realice positivamente algo; a veces esto pudiera resultar contrario a las realidades en el que la vida se presenta. No obstante, bien es cierto que cuando el niño no se conforma a las normas que se le ha indicado, típicamente lo reprimes. Entonces, lo lógico sería, al menos de vez en cuando, que lo premies cuando exceda en algunos de sus deberes.
- Motiva a que tu hijo se exprese siempre como tal considere verdadero. Esto no aduce a que, en el proceso, te falte el respeto ni coarte tus libertades; sino que, provoca que diga lo que siente y todo lo que tiene que decir. De esta manera se construye en su imaginario la idea de que, sus puntos de vistas son interesantes, al igual que, lo conduces a que lo exprese en público.
- Siempre es importante no llegar a la manía de prometerle a tu hijo algo. Ha de ser suficiente cuando le dices que harás algo. La promesa lo que hace es que se antepone a lo que dices que harás, perdiendo así credibilidad tu palabra. Dile que harás algo, no prometas que harás.
- Consigue la manera de darle responsabilidad a tu hijo en aras de que empiece a desarrollar su sentido de compromiso; y a ser exitoso en tal. Cada tarea que le expongas, por más mínima que sea, debe empezar siendo sencilla y, con el tiempo, ir incrementando. Esto lo que logra es que, en lo sencillo el niño logre lo acordado, de manera que, desarrolle confianza de que puede lograrlo. Luego, al pasar del tiempo, lograras otros retos de mayor relieve.
- Enséñale a tu hijo a elegir sus batallas. Para esto es necesario la educación. Un ser educado es un ser que analiza, que sopesa, que decide. Esto ayudará a que reconozca cuáles batallas debes luchar y cuáles debe eludir
- Enséñale cortesía a tu hijo. Haz que pida permiso cuando intente interrumpir la conversación que estás teniendo, que dé las gracias cuando se le proporciona algo, que espere cuando no es su turno, que salude cuando llegue a un lugar…
- Cuando ayudes a tu hijo en las asignaciones escolares, o cuando lo eduques en tu tiempo, siempre intenta mostrarle más de lo que la escuela o la vida requiere. Procura siempre llevarlo quizás un paso más adelante. De modo que, siempre esté más preparado que todos en la hora de ser elegido. No es que deba ser mejor o peor, sino que, cuando las oportunidades asechen, él sea, si se anima, quien resulte beneficiado.
- Un ser humano consciente es un ser humano presente. Háblale a tu hijo del presente, de cómo vivir en él; dile que el pasado sirve para reducir o eliminar los errores de hoy, que el futuro sirve para inspirar, y que el presente es lo único real. Un ser humano consciente es aquel que entiende que existe y qué está en todo su alrededor. Para esto resulta perentorio que se viva en el ahora. Es como dice Lao Tzu, El pasado es deprimente, el ansioso es ansioso y, sobre el presente, éste es el único tiempo que nos puede dar paz. Y se logra únicamente si vivimos en él.
- Reconoce que tu hijo poco entiende de consecuencia. Por ende, se expresará no teniendo en cuenta la presencia de esta posibilidad. Entiende el porqué algunas de sus prácticas pudieran desencadenar en equivocaciones. No lo juzgue de modo aberrante; explícale el posible resultado de su acción, no estigmatice su libertad.
- No acostumbre a jugar de mano con tu hijo. En ocasiones el juego pudiera salirse de proporción y tu niño, durante el juego pudiera terminar arremetiendo contra ti.
- Nunca critiques a tu hijo. Tampoco lo hagas frente a otras personas; mucho menos lo hagas si éstas no forman parte de la familia inmediata. Cuando criticas a tu hijo de esta manera, lo que haces es infundir en sí los indicios de traumas de inseguridades y baja autoestima.
- Intenta que tu hijo desarrolle las habilidades de: lectura, oratoria, escritura y, sobre todo, la de creer en sí. Un niño que confía en sí es una potencia andante.
- Fíjate siempre por donde caminas, tu hijo siempre sigue tus pasos. No le exijas a tu niño que actúe de una forma contraria a la que tú lo haces. Es probable que lo que le pides tenga toda la validez del mundo, ahora, resulta improbable que éste le haga caso más a lo que dices y no a lo que haces.
- Recuerda que tú una vez fuiste niño y cometiste errores. Los niños harán igual o peor de lo que tú hiciste. El hecho que nunca se te cayó nada no quiere decir que no vas a tolerar que tu hijo deje caer nada. Sé consciente; juzga, pero hazlo de una manera razonable. No te excedas en la caracterización que le das a las equivocaciones que tu hijo obviamente tendrá.
- Intenta no darle sermones a tu hijo. Cuando tengas que decirle o reclamarle algo, hazlo de una manera concisa y efímera. Después de varios minutos perderá interés en lo que le dices; además de que, después que le repite lo mismo en varias ocasiones, tu niño tenderá a rechazar todas tus opiniones, por más nuevas que sean.
- No permitas que tu hijo use dispositivos tecnológicos antes de irse a dormir, porque cada vez se hará difícil la concentración del sueño. Ni le permitas tan pronto se despierte, porque cada vez dormirá menos para encontrarse con su dopamina; además de que, la mente al abrir los ojos está más cruda, vulnerable a lo que se le adentra. Ni mucho menos le permitas que lo haga antes de ir a la escuela, porque comparará la alegría de la educación con la de los videos juegos o caricaturas… De modo que, reduce el tiempo que tu niño usa la tecnología de manera exponencial. Tanto la luz que presentan estos dispositivos, como la velocidad y el sonido de sus imágenes, combinados en un mismo y constante espectáculo, despierta en la mente del niño una adición que va deteriorando la salud psíquica de sí. Debes siempre evitarles la continua recompensa inmediata, y cultivar también la gratificación a largo plazo. También, debes reconocer que, independientemente del hecho de que estos artefactos formen parte del mundo de hoy, no amerita que tu hijo debe vivir inmiscuido en ellos de forma tan radical. No permitas que el celular, la tableta, la televisión y/o los videos juegos tuesten el cerebro de tu hijo, quitándole así su futuro.
- Un niño necesita sentirse significativo, seguro, amado y que importa.
- Ten cuidado con lo material que le ofreces a tu hijo. Si lo acostumbras a apreciar lo material, así se criará. Mientras que, si no le das tanta importancia a ello, mucho menos a las marcas de tales materiales, igual así se criará. No podemos negar que, el niño también aprenderá sobre todo esto fuera de tu presencia, pero si al menos pones de tu parte, puede que el apegue a este mundo sea más limitado.
- Cuando te comuniques con tu hijo, especialmente durante momentos de vulnerabilidad, colócate literalmente—físicamente a su altura; inclina tu cuerpo y míralo a los ojos. La relación será más tenue, empática, sincera.
- Tu hijo no te pertenece. Es un ser humano independiente que, deontológicamente, te ha tocado a ti hoy encaminar. Eres responsable de proporcionarle nutrición y alojo. Al igual que, mantenerte en vigila en lo que se respeta a lo que éste aprende y cómo se mueve y presenta en el mundo. Sí debes ayudarle a conocer y guiarlo por el camino, especialmente durante la infancia; ¡pero ten enorme cuidado! Cada paso que tu niño experimente no debe ser eminentemente tu decisión. Recuerda que es un ser humano independiente, no es ni tu doble, ni tu juguete, ni será o hará lo que tus fracasos no te permitieron hacer en la vida. Ten mucho cuidado infundir cada una de tus ideologías, obviamente subjetivas, a la mente y actos de un ser humano que no te ha pedido que lo hagas. Esto igual tiene que ser un tipo de coerción a la libertad, de prisión mental, de opresión humana.
- Dile a tu hijo sobre sus deberes y entérale para cuándo estos deben estar realizados. Al hacer esto, le dejas al niño que maneje su tiempo de la manera que considere apropiada. Esto funciona siempre y cuando todo esté realizado en el tiempo acordado. i.e. Vamos a salir a las 3:00 p. m., te banas y te alista cuando te parezca, pero debes estar listo para esa hora.
- Para hacer que tu hijo te escuche, que haga caso de lo que le dices, siempre trata de ser respetuoso, amable, firme y claro.
- Sería injusto, abusivo e irresponsable que los traumas que tú pudieras haber experimentado cuando niño –y que aún posees de adulto—, formen parte de la educación de tu hijo. Desásete de ellos, educa con responsabilidad, juzga de modo neutral, quiere, abraza, respeta, mira a tu hijo a los ojos y entiéndelo. Recuerda que el padre eres tú. No es tu hijo quien tiene que buscar la forma de entenderte, eres tú que debes proporcionarle el camino; encajar.
- Soy quien cree que toma a veces un solo hecho para que mandes a tu hijo por un sendero desastroso. Es decir, toma una reacción tuya o de sí, donde no o poco le corrijas o quizá lo hagas muy intenso, para que el niño deje de respetarte o se vuelva rebelde. Tener esto en cuenta resulta siempre oportuno para reconocer cuando pudieras cometer este grave error.
- Nunca le digas a tu hijo que se va a caer (si temes que el fracaso pudiera ser inminente); dile que, te puedes caer. ¡Advierte, no determines!
- Niño cuyo padre o padres no confían en tal, será un adulto que no confiará en sí.
- Se le crea futuro al niño de muchas maneras. La más directa –después de darle amor–, es educarlo en la lectura.
- No dejes morir la curiosidad de tu hijo. ¡Tampoco te atrevas a matarla! Deja que se libere; que invente, que pregunte, que sea niño.
- Un niño que no tiene limites tiene el potencial de crear inmensidades cuando sea adulto. Esto es –sin lugar a duda– un niño sin limites, ¡pero ordenado! Ordena a tu niño, enséñale a convivir en la sociedad; que ésta tiene reglas a las que hay que acatarse. No hay disidente que conquiste algo de valor sin orden.
- Recordemos que el niño manifiesta en su vida diferentes etapas que, como adultos, debemos reconocer al momento que surjan. Cuando se presenta una de ella, no ha de aducir que el niño va por un camino incorrecto, o que es terco o negativamente diferente a otros niños. Cada etapa amerita que el cuidador enfoque su modo de educar de una manera distinta de la anterior, y que a la vez sea eficaz en torno a mantener y/o promover la salud emocional del niño, a cuidar su salud física y, a proporcionar o permitir que demuestre sus libertades.
- Preparar al niño en los ámbitos cognoscitivo y emocional es presentarle a la sociedad un ser humano que tiene ya plataforma segura, que posee un potencial inalterado.
- Pon atención cuando tu niño te expresa su parecer. Ignorarlo le crea la idea de que sus cosas no son importantes. Recuerda que un niño no conceptualiza, percibe la vida de una manera simple: me escucha, entonces me quiere; no me escucha, no me quiere. Si no le prestas atención a tu niño, cuando éste sea adulto ocultará sus opiniones por que teme que a nadie le han de interesar. Se entiende: si el padre no lo atiende, quien se supone que es el que más lo ama, ¿por qué ha de tener interés en tal, quien no es su padre?
- A tu hijo dile no cuando haya que decirle no. Si temes su reacción, la de adulto será peor.
- Educar es amar: abrazar su vida, querer el alma, besar el cuerpo, mirar a los ojos, dar, quitarle el peligro, tolerar su niñez, corregir con paciencia, sentir su emoción y, sobre todo, dejar que éste libere su furia cuando es necesario. Educar a tu hijo es vivirlo en cada una de sus facetas.
- Debes estar atento a la autonomía de tu hijo; no permitas que sus decisiones formen parte de la conformidad de las normas o la información, cuando éstas resulten triviales. La determinación del niño debe pertenecerle eminentemente a sí, no a lo que los medios y/u otros niños entiendan. Esto es bastante importante porque, de llevarse por ese sendero, termina tu hijo faltándole a la verdad, mientras va perdiendo su identidad. No permitas que las decisiones de tu hijo escapen de su voluntad.
- Uno de los trabajos más importante de los padres es lograr que el hijo crezca sin traumas.
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