Por, Luis Alberto Nina
La resistencia que fingimos en nosotros, a las que sometemos nuestra mente y nuestro cuerpo es parte, también, de las ondas en las que pende nuestra historia y sus consecuencias.
¡Cómo puede uno pensar o aludir que no le va como corresponde en la vida, si ni siquiera pone de su parte?
Por supuesto, podemos atribuirle una parte a la suerte, o más bien, a la mala suerte. Otra, quizá, se la endilgaremos a todo aquello (todavía más animado que los dioses del azar) que no sucede porque hay algo o alguien que empuja en contra de nosotros. No obstante, hay quienes, objetivamente (me doy el título de adivinador), creemos que todo aquello que nos ocurre, en una inmensa proporción y con algo de suerte o de la circunstancia, es debido a las decisiones que tomamos; para bien o para mal. Y para ello, es perentorio que sepamos lo suficiente, al menos en teoría, sobre la noción que más se acerca a tal verdad, en su respectivo momento, para que la vida se ponga igual de nuestra parte, para que nos vaya bien en ella, para que aminoremos el sufrir.
Ayúdate que yo (Dios) te ayudaré.
Esta es una expresión atribuida a la biblia, aunque que no aparece en ningún lado de la misma. Ella nos dice, muy convenientemente que, es a uno que le corresponde extender las alas para lograr subsistir en el vuelo. A nadie más.
Dice Luis Pasteur que, «la suerte favorece a la mente preparada.» De manera que, al reconocer esta expresión, estamos atribuyéndole al conocimiento parte de la verdad de nuestra suerte. Que ella es más probable que se acerque a nuestro lado cada vez que decidamos; o sea, mientras más conozcamos del camino, elegiremos el menos rocoso y, por ende, mejor nos irá.
En fin, si sabemos, nos equivocamos menos. Pero para saber hay que aceptar que no se sabe, luego hay que indagar, disponerse a cambiar y, al final, ser una persona de mejores cualidades.
Cada año desde el 2006 el admirado activista dominicano, Manuel Robles, realiza lo que se puede denominar parte de una tradición; selecciona un tema o varios que usaría para el año entrante, con la intención de que esta sea la plataforma que mejore tanto a su persona al igual que a parte de su entorno. Y la elección, digo yo, ha de ser original, precisa y evolutiva; ha de chocarnos, de llevarnos a mostrarnos resilientes… Y, debido a que consideré esta tendencia fenomenal, la he adaptado desde hace ya muchos años…
Los temas para el año 2014 fueron (% completado):
- El año del respeto a todas las culturas (95)
- El año de la libertad de la moral (95)
Los temas para el año 2015 fueron (% completado):
- El año de la tolerancia de las ideas (80)
- El año de mi propia transformación (90)
Los temas para el año 2016 fueron (% completado):
- El año de la paciencia (60)
- El año de ponerme a estudiarlo todo (75)
Los temas para el año 2017 fueron (% completado):
- Estudiar más a fondo la historia universal de modo cronológico (20)
- El segundo año de la paciencia (80)
- Ignorar más… (75)
Los temas para el año 2018 fueron (% completado):
- Leer más (95)
- Alejarme más de las redes sociales (80)
- Ser optimista (elucubrar para bien) (60)
- Hacer silencio, observar, entender más (30)
Los temas para el año 2019 fueron (% completado):
- Leer más (95)
- Mantenerme fuera de Facebook (100)
- Usar menos el celular (75)
Los temas para el año 2020 fueron (% completado):
- Hacer múltiples remodelaciones en casa (100)
- Reducir el uso del celular (25)
- Leer más (10)
- Atenderme más, en vez… (80)
Los Temas para el año 2021 fueron (% completado)
- Soltar por completo el celular (60)
- Leer (20)
- Quedarme en casa / gastar menos (10)
- Silencio, hacer silencio… (70)
Ahora hago un reencuentro de lo que sucedió en este año 2021, que está a horas de concluir (o ya lo hizo).
Este año que sucedió empezó un poco tenso para la gran mayor parte de la población mundial; incómodo, costoso, triste y emblemático. Igual, lo cierto es que ha sido un año de muchas lecciones, pero, sobre todo, de resiliencia. Podemos aventurarnos a decir, sin miedo a exagerar: hemos logrado sobrevivir. Y, aunque el mismo sin lugar a dudas alberga un estigma, debemos reconocer que el mismo igual tiene cosas buenas.
Debo admitir que las propuestas que hice al final del año 2020, no alcanzaron los niveles positivos que hubiese querido. Realmente me quedé corto. Sí siento, refiriéndome a algunos de ellos, que el celular dejé de usarlo más, eso lo creo fielmente; no obstante, no como me había propuesto. Lo de leer fue un fracaso, solo diez libros leí, y una gran mayor parte de ellos lo hice en el mes de noviembre. Y, aunque me enfoqué en otros aromas de la educación, como los que tienen que ver con la inteligencia emocional, debo reconocer mi fallo. Igual, lo de quedarme en casa; a Motus proprio no lo hice, fue por la pandemia. No obstante, creo que gasté igual que todos los años. O sea, dilapidé nuevamente mi realidad. Y, por último, sobre hacer silencio, creo que al menos en esta hice un trabajo bastante moderado.
Falta más, lo sé, falta mucho más. Principalmente en el ámbito psicológico, emocional. Siento que cada año progreso en algo, porque, aunque no sea del todo lo que espero, al menos se avanza, y eso es lo correcto. Tengo que cada día educarme más en aras de encontrarme conmigo mismo, con el arte y/o con la realidad…
A final del año pasado puse a rodar nuevamente mi Website, www.luisnina.com. Esta vez con un Domain diferente. Debido a que se enfermó mi computadora, me vi obligado a abandonar la escritura, la cual poco a poco recobro. De modo que, realmente espero que para este año entrante pueda enforcarme solamente en el Website y abandonar totalmente las redes sociales.
Ahora, cuáles son esos temas que he diseñado para este año, 2022:
- Leer
- Hacer silencio
- Entender
- Enfocarme en mi persona
Si desea formar parte de estas resoluciones, comenta las tuyas…
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