Por, Luis Alberto Nina
Asumo que no puede existir un contratista que amontonando bloques de concreto al azar termine construyendo un edificio que simplemente encajó como hubiera querido, sin haber tenido planos o al menos una idea de lo que quería de forma previa. Esto simplemente no sucede. Para llegar adonde queremos amerita que nos enfoquemos, específicamente, en lo que queremos. Con esto no digo que, con el simple hecho de quererlo y haberlo planeado va a suceder. Igual para ello resulta imperativo que las piezas indicadas se coloquen en su lugar. No obstante, pretender que vas a lograr algo sin enfocarte en ese algo es igual absurdo.
Quien anda en todas las direcciones no es como que llega a todos los lados, no llega a ningún lado
Sin lugar a duda hay las veces que nos suceden hechos que queremos, que querríamos, pero que muy bien están muy lejos de lo que hubiésemos imaginado que ocurriría en ese momento. Por ejemplo: de paseo por Rumania anda la mujer quien, al voltearse se encuentra con un viejo amigo que tenía décadas que no veía. Ella a esto le llama casualidad o coincidencia; “¡qué pequeño es el mundo!” Sin embargo, ¿lo es, realmente? ¿Es pequeño el mundo porque te encontraste con una persona que ni tenías ideas que allí te encontrarías, que ni esperabas, que ni querías siquiera ver? Para la próxima, diría yo, trata de ir a Rumania, a ese mismo lugar o a otro, o a todos, e intenta encontrarte con otra persona, con nombre específico, que hayas tenido dos semanas sin ver, o dos años, o treinta; a ver qué ocurre con la “pequeñez” del mundo.
En esta era más que nunca, o quizá sea solo yo que lo percibo, o quizá sea la adultez que destapa hoy estas realidades en mí, nos urge erradicar o modificar aspectos de nuestras vidas que entendemos que van en direcciones opuestas a lo que en realidad querríamos. Y creo que con bastante objetividad le atribuimos la tragedia, al menos en gran medida, a los traumas de nuestra infancia. ¿Pero cómo cambiarlos?
Yo, que a diario visito el gimnasio, adonde hago ejercicios para fortalecer casi todas las partes del cuerpo, en especial la mente… cada vez que voy me dedico en aumentar un músculo especifico: los lunes me enfoco en los hombros, los martes en las piernas, los miércoles en los brazos y así sucesivamente… Cuando trabajo en que los hombros sean reforzados, utilizo las maquinas o hago ejercicios que estén destinados a ese músculo específico. ¿Servirá de algo que, ese lunes –esperando resaltar mis hombros– me enfocase en sentadillas (glúteos y cuádriceps, etc) o en ejercicios de lectura (mente)? Obviamente no. Todos reconocemos esto. Caminando en la dirección de una meta y esperando llegar a otra es simplemente una causa perdida, recalco.
La analogía del gimnasio que acabo de ofrecer pone en relieve lo siguiente: en aras de obtener el resultado que queremos experimentar, debemos enfocarnos en lo que compete, lo que lleva a ese lugar, para arribar a él. No existe otra forma de ello. De manera que, cuando te percates que algo en tu vida no está encajando con lo que esperas, desde una perspectiva psicológica lo digo, o quizás hasta materialista, lo primero que debes hacer no es quejarte de que estás sufriente semejante mal; más bien alégrate de que estás consciente que tal penuria existe y que, con tu sano juicio y voluntad, quieres y vas a cambiarlo.
El término “consciente” en mi criterio es muy importante porque lo considero la raíz superficial de todo este andamiaje estructurado de superación. Para mí, una persona consciente es aquella que se reconoce en el mundo, que entiende su lugar en él, la distancia, el peso, el nivel (la física), y que, combina tanto la parte intrínseca como la extrínseca en una unidad.
Schopenhauer, en su obra, “El mundo como voluntad y representación” alude que el mundo es la representación de uno; una verdad aplicable solamente para todos aquellos que albergan consciencia, los homos sapiens. El mundo es lo que yo opino desde mis sentidos, y la opinión o criterio que genero es eminentemente filosófica. O sea, todo lo que existe, existe mediante mi experiencia. Si no lo experimento, no existe. Pero no es a esto que me refiero; más bien intento, del término, que vivamos con todo lo que existe en las verdades más comunes, aunque sean intersubjetivas; y no realmente con lo que interpretemos… En el caso de la página Web, Definición, se refiere al término como: la capacidad que un sujeto tiene de reconocerse a sí mismo y al mundo que lo rodea, pudiendo interactuar e intercambiar conscientemente con el entorno.
De manera que, si no entendemos o no nos dedicamos a entender, si no sopesamos el hecho, si no admitimos y aceptamos donde estamos, si no queremos cambiar, si no nos disponemos, si no nos lanzamos nunca, si no somos insistentes o persistentes, si no reconocemos que va a ser ardua la batalla y que vamos a caer, pero que tenemos que volver a intentarlo, y si no valoramos el triunfo… no vamos a vivir en las buenas. Pero, sobre todo, si no nos enfocamos en una dirección especifica, nunca lo vamos a lograr; que es la idea primordial de este escrito. Superviviendo y pretendiendo que vamos a conquistarlo todo, sin siquiera entrar a nuestra mente es bastante ridículo. Para lograrlo todo se requiere conocerse y aspirar a una una meta a la vez, y para ello es ineludible que a cada meta se le coloque un norte. En contraste a: querer olvidarse de algo, recordando ese algo…
Fuente: Definicion
Bueno Luis dijite una gran verdad y explicate una gran information conviction