Por, Luis Alberto Nina
Y a ti te importa un comino…
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Una vez nos cuestionamos el cómo el holocausto inició y sus razones, cómo fue permitido, dónde estuvieron los críticos, la defensa de la humanidad… niños mutilados y asesinados a sangre fría. Y ahora, que está sucediendo casi lo mismo, en esta era de tantos derechos, leyes y prevenciones; de tanto alcance en los medios comunicacionales… ¿por qué no hay más personas luchando en contra de tal “promesa”?
Ahora mismo estamos viviendo el exterminio 2.0 de otra ectinicidad, paradogicamente orquestrada por decendientes religiosos, si cabe, de muchos de quienes sufrieron en los 30s. Respondo: así es que “inicia”, así es que sucede, así es que se da un etnocidio.
En las pasadas elecciones presidenciales estadounidense, me negué a votar por ningún partido o representante que no reconociera que era un genocidio lo que Israel intenta con Palestina; que, en teoría, no llamara al fin de éste y que -al menos- su indignación en el tema no fuese evidente y alarmante.
Vivimos en tiempos tristes, a muy pocos les importa “la vida” del otro, pasan por alto lo que realmente tiene importancia, sólo viven ensimismados con su suerte. Y, como dijo, el poeta alemán, Martin Niemöller, “Primero vinieron por los […] judíos, y luego por mí. Y ya no quedaba nadie que hablara por mí”.
Hace más o menos una semana, vi un video donde mostraba un niño de unos siete años de edad, totalmente vestido de escombros, sediento y tembloroso; a simple vista traumado, o sea, figurativamente muerto en vida… al niño se le convidaba agua y la escena creo que ha de haber “traumado”, a menos escala obviamente, a todo aquel que la presenció. Realmente algo descabellado y “no de humanos”.
Las Naciones Unidas (ONU) precisamente fue creada, pos La Segunda Guerra Mundial, en aras de prevenir atrocidades como éstas, sin embargo… reconozco que han alzado la voz, hasta cierto punto, mediante resoluciones; pero hoy más que nunca resulta evidente la inutilidad de esta organización. Paralelamente decenas de países han hecho un llamado de queja, primero a definir lo que estaba pasando como un genocidio, al igual que a la conclusión del mismo.
Independientemente de todo esto, hace falta más; necesitamos gritar más alto, con más entusiasmo, necesitamos realmente salir a la defensa de la vida de los palestinos, necesitamos crear problemas
Fuente: foto 1