Desde el jueves en la tarde hasta el domingo muy tarde en la noche experimenté uno de los fines de semanas más especiales de mi vida. Obvio, junto a esas personas que luchan a diario por mí. Disfruté, viví, sentí, me alimenté, bebí y grité…
De verdad que quiero agradecer a todos quienes de un modo u otro estuvieron conmigo, séase en presencia, mensaje de texto, de voz o una llamada… en especial a mis dos inmensas amigas que nunca me descuidan. Tenerlas siempre cerca, la vida no me hace sentir en soledad. Gracias a ustedes, mi flor y… la otra aquella.
41 etapas he atravesado y, sobre todo hoy, puedo decir que, me siento en armonía, en satisfacción, que experimento un vivir relativamente completo con todo lo que puedo controlar. El estudio sin lugar a duda me ha hecho cada vez más libre, alegre y elegante. Hoy, asimilo el reto y vivo toda esa experiencia; me desprendo del maldito ego y crezco.